El día de los panes sin levadura, en que se debía hacer el sacrificio pascual, Jesús envió a Pedro y a Juan con este encargo: Vayan a preparar lo necesario para comer en la Pascua.
Ellos le preguntaron: ¿Dónde quieres que la preparemos?
Él les contestó: Al entrar a la ciudad encontrarán a un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo hasta donde vaya. Y dirán al dueño de la casa: El Maestro pregunta: ¿dónde está la sala para comer el cordero pascual con mis discípulos? El les mostrará en el piso alto una sala arreglada. Preparen allí todo.
Fueron y hallaron como les había indicado. Y prepararon la Pascua.