Milagros Virgen de la Puerta

Los principales milagros de la Inmaculada Virgen de la Puerta:

El manto blando del Presidente Balta

El coronel José Balta y Montero llegó a la Presidencia de la República el 2 de agosto de 1868; pero en 1866 llegó por Otuzco encabezando una revolución contra Mariano Ignacio Prado.

Balta consideró que por Milagro de la Virgen de la Puerta, sus fuerzas resultaron vencedoras, razón por la cual envió a su Edecán el 15 de diciembre de 1869, con un hermoso manto tisú color perla, bordeado en oro y plata y con piedras preciosas. Este hecho es calificado como un testimonio de fe y concepción de la providencia divina, por lo que expreso su reconocimiento y gratitud desde la Primera Magistratura de la Nación.

Las Piedras Virgencitas de la Providencia

En 1866 el Monseñor Francisco Solano del Risco, Obispo de Chachapoyas, bendijo misteriosas piedras en Otuzco, las mismas que fueron encontradas por doña Marcelina Luján en el barrio Cruz Mondoc.

Esta mujer piadosa y dedicada desde su infancia a la veneración de la Virgen, se dice que un día necesitó tres piedras para sostener un perol grande en el cual iba a hacer hervir el agua pero que escogió una de ellas por tener la figura cónica y le dio unos golpes por el reverso de una hacha; ante este hecho, cuál sería su sorpresa que la piedra se abrió y prodigiosamente apareció en el corazón de la misma en ambas esferas las dos imágenes de la Virgen, una a cada lado.

Para acrecentar más la devoción y reconocimiento de la festividad, con fecha 2 de junio de 1892, doña Marcelina Luján y firmando a ruego su hija Carmen Luján, presenta una solicitud al Honorable Concejo Provincial de Otuzco, a fin de que por intermedio pase al Fuero Eclesiástico, describiendo la aparición de las imágenes a fin de que sea reconocido en forma pública y notorio como “Virgen de las Providencias”.

El alcalde de la época don Luis Bela, asevera ser cierto y verídico lo relacionado en la solicitud el 03 de junio de 1882 y ordena pase lo actuado al Párroco de Otuzco.

Para ello se acompaña los documentos fechados el 15 de febrero de 1893 y expedidos por el R.P. Manuel Cevallos A. quien certifica el hecho acontecido y expresa su gran satisfacción, por haber sabido, que el devoto pueblo de Otuzco, continúa sus adoraciones.

La Parroquia de Otuzco aprueba el culto con fecha 04 de Octubre de 1895; indicando que no existe la menor duda, que los retratos que aparecen en dichas piedras, de que se hace referencia y examinado por nosotros mismos son imágenes de la Virgen, obra de la divina Providencia.

Desde el 13 de enero de 1867, se celebra la fiesta con gran pompa y boato desde entonces, las piedras fueron colocadas en la capillla parroquial de Cruz Mondoc y desde allí, año tras año reciben el culto y reverencia de los otuzcanos, conociéndose con el nombre de Las Vírgenes de Las Providencias.

La Misa de La Sortija

Una devota mujer, por aquellos años solicitó una misa al conocido cura Landa y ante la negativa del sacerdote, volvió a su domicilio, pero antes se le presentó una joven misteriosa quien le brinda una joya preciosa, hecho que le obliga a regresar ante el párroco e insistir sobre la misa, pero sin referirle los detalles del encuentro.

EI sacerdote no podía salir de su asombro, al contemplar como la joya presentada era la misma sortija que habitualmente tenía la Inmaculada Virgen de la Puerta en el altar donde era venerada.

Este es un milagro que la Virgen concede a sus afligidos devotos y al desprendimiento de sus hijos, principalmente los más humildes y necesitados.

Los Arrieros y La Cueva del Toro.

En tiempos antiguos, los viajes a Huamachuco eran constantes; se dice que Luis y Juan dos vecinos otuzcanos prepararon sus acémilas en forma típica acostumbrada por no haber carretera ni caminos buenos.

De ésta época hay muchas referencias de las fechorías der bandolerismo en toda la región de la sierra peruana.

Antes de emprender la marcha hacia Huamachuco, proveyóse uno de ellos de la obligada ofrenda a la Virgen de la Puerta, un par de velas, pero ya en la madrugada en afán de pronto marchar, se olvidaron de poner las velas proyectadas.

Cuando rayaba la aurora y habían andado buen trecho se pusieron penosos por no haber cumplido con la Reina Protectora, con este remordimiento, interrumpieron su marcha y sin vacilar, uno de ellos regresó a cumplir con la ofrenda, mientras el otro compañero Juan, quedó esperándolo muy afligido.

Luis desanduvo y llegó al trono de la Santísima Virgen para implorar su misericordia, regresando más tranquilo y confiado al lado de su compañero.

Y no encontrando mayor seguridad para el descanso, por haber andado todo el día con sus acémilas cargadas, una desamparada cueva, que a la vez servía de guarida a un bravo toro salvaje, lograron poner a salvo su carga en ella.

Entre tanto, eran atisbados por un hombre de mal aspecto, qué pensaba hacer su premeditado asalto, entre sueños y arma en mano; al terminar de descargar en la referida cueva, resolvieron acomodarse al frente de una pequeña colina donde se observaba la entrada de la mencionada cueva.

Los imprevistos arrieros, después de tomar sus alimentos indispensables disponíanse al descanso sin sospechar siquiera que el malhechor estaba cerca, para repetir con ellos la historia de asaltos y robos de aquella época; pero la admiración fue grande cuando, entre el mediano resplandor de la madrugada, un sanguinario bandido sin ruido se aproximó a la cueva, "ipso facto", escucharon un grito desesperado del bandido que fue atacado por el feroz animal, produciéndose un salvaje y sanguinario destrozo.

Al día siguiente, sacaron sus fardos intactos del fondo de la cueva. En un reguero sangriento yacía sin vida el cadáver mutilado del bandolero.

Y aunque lamentando la desgracia y el castigo, los cristianos viajeros atribuyeron su salvación al poder milagroso de la Santísima Virgen y a su regreso, reiteraron la ofrenda de sus plegarias y de sus velas.

Los Cuatro Bogas en el Mar

La Providencia Divina por la mediación de la Virgen Santísima a favor de sus devotos. Cuatro eran los protagonistas que luchaban a brazo partido en las tempestuosas ondas del océano no lejos de nuestras playas lugareñas.

Allí afrontaban sus peligros sin descanso, entre la vida y la muerte, con ocasión de la furiosa tempestad, poniendo cada vez más cerca el abismo sepulcral, de los que, al invocar el auxilio de la Santísima Virgen de la Puerta, ven insensiblemente desaparecer el momento crítico, siguiéndose la calma, como a la invocación mágica del Evangelio Santo ¡Sálvenos, Señor, que perecemos!. Así nos recuerda la tradición.

Lotería de Lima Y Callao.

El señor Cesar Pagador Cava, vecino notable y devoto de la Virgen de la Puerta, compró tres números de Lotería de Lima y Callao para la navidad de 1930 para ofrecerles a los que acostumbraban comprar en aquella época, vendió varios huachitos, pero se le quedó entero.

Este número se lo mandó a Quiruvilca, pero fue devuelto; nuevamente ofreció a varios amigos entre ellos, Justo Orbegoso, Aurio Acevedo y otros, tampoco lo tomaron, entonces él se resolvió quedarse con el número desechado, invocando por supuesto, el nombre de la Santísima Virgen.

Cuál no sería su sorpresa, al recibir la noticia dada por el Agente del Banco Italiano Sr. Mariano E. Álvarez que a su vez le comunicó al administrador de Correos de Trujillo, de aquel entonces, Sr. Leonidas Orbegoso, que había salido favorecido con el premio de la Lotería de S/.150,000.00.

Su invocación y esperanza fue ampliamente recompensada y en agradecimiento, refaccionó el frontal de la iglesia, construyó la capilla Cruz Blanca y pertenece a la Hermandad de la Virgen de la Puerta.

La Maleta Extraviada

El 13 de diciembre de 1937, los innumerables peregrinos de la Virgen de la Puerta, con la debida anticipación solicitaron su asiento respectivo en los numerosos carros que hacen servicio, con motivo de la festividad de la Excelsa Patrona.

Un carro de propiedad Antonio Sandoval , que tenía como ayudante a Marciano Carranza, hacia viaje de subida y en el sitio denominado Shirán hicieron alto a fin de que todos los pasajeros almorzaran, acto seguido reanudaron su viaje y al llegar a Otuzco, una pasajera había perdido su maleta.

Como quiera que no le entregaron su maleta, sentaron su denuncia en el puesto de la Guardia Civil, valorizándola en una fuerte cantidad de dinero y prendas de vestir. El ayudante Carranza tenía muchos amigos allí y le dieron plazo para que entregue la maleta al día siguiente, caso contrario sería detenido.

Marciano cumplía años ese mismo día y sus familiares se habían preparado para celebrarlo, con tal motivo, él se dijo: 'Voy en este momento a ponerle un cirio a mi Virgencita" la ofrenda la hizo inmediatamente, y, de hecho se entregó a la fiesta preparada en su casa, no acordándose más de la pérdida de la referida maleta.

Eran las tres de la mañana y tenían que regresar a Trujillo a recoger más pasajeros; con los humos del licor de la alegría, tomó el timón del carro rumbo a Trujillo, al llegar cerca de Shirán un anciano se paró cerca de la carretera haciendo alto al vehículo; Marciano con la prisa que llevaba, paró para resondrar al anciano por su imprudencia.

Cuál sería su sorpresa cuando el anciano le dijo: "Señor, ayer se olvidó una maleta en Shirán, quiero entregarle", inmediatamente le pidió disculpas y le dio las gracias, sacando dinero de su bolsillo para pagarle, pero el anciano replicó: "No señor, a mí también me puede pasar lo mismo, deme una copita y nada más".

Marciano Carranza al regresar a Otuzco entregó la maleta en el puesto de la Guardia Civil para entregarla a la propietaria.

La denunciante sacó su llave y la abrió en presencia de los policías y no confirmando el contenido qué ella había denunciado, fue arrestada por mentirosa. Lo importante la maleta apareció.

El Condenado Escondido

En la revolución de 1932, un devoto de la Virgen fue buscado y condenado a muerte.

Este se escapó y se refugió en una hacienda vecina de un amigo íntimo; todos los días se reunían para pasar el tiempo, jugando tresillo (rocambor) juego que se hace entre tres personas.

En uno de esos días las fuerzas del orden rodearon la casa hacienda en busca del refugiado: un oficial se presentó inmediatamente para apresarlo, éstos no tuvieron tiempo suficiente para ponerse a salvo, se levantaron a prisa, y, el perseguido, imploro a La Virgen de La Puerta, su salvación, colocándose tras la puerta.

El Oficial entró preguntando por el perseguido y se dio con la sorpresa de no encontrarlo, informando inmediatamente a su jefe.

El milagro se había producido y en la Coronación de la Inmaculada Virgen de la Puerta, aportó con regular suma de dinero.

El Hijo Prodigo

Un joven que por primera vez llega a Otuzco, movido por una fuerza inexplicable y sin fijarse en Io avanzado de la hora, se presenta en la residencia parroquial y expone:

'Señor Párroco, me han dicho que aquí hay una Virgencita que se llama de la Puerta, muy acogedora de los grandes pecadores. Mi madre, a quien dejé hace muchos años, acaba de escribirme una carta y pide que enmiende, y, para conseguirlo venga a Otuzco me postre a las plantas de esta buena Madre, que es el mayor tesoro de los Otuzcanos.

Y al decir estas palabras, respiraba profundamente y gruesas lágrimas rodaban por sus mejillas.

Después de un momento de desahogo, nuestro joven continuó:

Tengo verguenza de repetir mi historia desde niño trabé amistad con un compañero de buena familia, pero enemigo de la religión. Por mucho tiempo resistí a sus pérfidos consejos y ejemplos, pero al despertar las pasiones, desprecié los consejos de mi buena madre y me entregué a los vicios de mi compañero.

A los 16 años, cansado de las reconvenciones de mi familia, resolví salir y viajar por el mundo. Lo recuerdo muy bien, era el 15 de octubre de 1943. Al despedirme de mi madre, llorando me ofreció hacer celebrar una misa a la Virgen de la Puerta y quemar un cirio durante 9 días. Y he sabido que ella lo cumplió en los inolvidables días que la imagen estuvo en Trujillo para su coronación.

"Mi vida fue una odisea. Me di a los vicios. Ya no pensé en mi madre ni en mi patria. Un ladrón me robó mis papeles y mi dinero. En la mayor miseria ingresé al servicio de un barco mercante, el cual sufragó.

Asido de un palo floté en el mar 24horas. Entonces me acordé de la Virgencita y prometí enmendarme. Me recogió un barco y ofrecí confesarme. Encontré amigos, olvidé la promesa y me hice comediante. Pero... estoy harto de vicios y de maldades y, sin duda, la Virgencita de la Puerta me ha traído aquí a sus pies.

Sé que mi madre no ha cesado de rezar por este Hijo Prodigo, confiéseme Padre, y ábrame las puertas del cielo.

Este joven ha dejado el mundo y es un sacerdote.

Favor Alcanzado

El ex-Sub Prefecto de la provincia de Otuzco, Dr. Félix Delfín Corcuera, en el año de 1957 refirió lo siguiente:

"Que llevaba mucho tiempo enfermo, su caso fue consultado a muchos médicos de Lima y todo había sido inútil, no hizo sino resignarse a la voluntad de Dios y la Virgen Santísima.

Emprendió viaje de regreso a Trujillo y al llegar a la ciudad uno de sus familiares que lo esperaban, el Dr. Vicente Delfín al recibirlo le dijo:

“Pobre Félix, cuanto lo siento. . . " Pero por su fe y devoción a la Milagrosa Virgen en la fiesta del 15 de diciembre, se acercó a implorar y a la vez dejarle un presente (un corazoncito de oro) y en su meditación interior, le dijo a la Virgen, que sirva de recuerdo este humilde presente, Madre Santísima. El favor había sido alcanzado por mediación de la Milagrosa Virgen y en cambio su hermano ya referido que gozaba de buena salud, pasó mejor la vida".

Nuevo Favor Recibido: La Caja De Fierro.

En 1943, año de la coronación de la Virgen, nuevamente favoreció a la señora María C. Neciosup. En la festividad del 15 de diciembre, como todos los años, le dedicó sus oraciones y pensaba quedarse hasta el día siguiente.

Estando en la plaza principal, se apoderó de ella una fuerza interior que le indicaba regresar inmediatamente a su domicilio en Trujillo, de tal modo, que no pudo resistir más ese deseo.

Compró su pasaje de regreso y acto continuo hizo viaje, llegando a Trujillo sin ninguna dificultad. Ya en su domicilio sacó un paquete de dinero del maletín encargando a su sobrina que lo guardara en la caja de fierro; esta no pudo cumplir su cometido, por haber encontrado la mencionada caja de fierro atracada; un perno había sido violentado y torcido.

Los ladrones habían entrado por la ventana del techo, apoderándose de algunas frazadas y de otros artículos que encontraron a la mano. La caja de fierro no pudieron abrirla, pero si dejaron sus herramientas en la ventana del techo, con el único fin de regresar la noche siguiente.

La milagrosa Virgen de la Puerta, le concedió este nuevo favor y por tal motivo, todos los años, en el mes de mayo le manda hacer una misa.